viernes 20 , mayo , 2022
OBRA
  • Inicio
  • Quienes Somos
  • Editorial
  • Economias Regionales
    • Horticultura
    • Vitivinicultura
    • Ganaderia
    • Porcinos
    • Lecheria
    • Granos y oleaginosas
    • Fruticultura
  • Informes
  • Estadísticas
  • Contacto
No Result
View All Result
  • Inicio
  • Quienes Somos
  • Editorial
  • Economias Regionales
    • Horticultura
    • Vitivinicultura
    • Ganaderia
    • Porcinos
    • Lecheria
    • Granos y oleaginosas
    • Fruticultura
  • Informes
  • Estadísticas
  • Contacto
No Result
View All Result
OBRA
No Result
View All Result

¿Qué será lo inesperado?

Son varios los males que vienen aquejando a la sociedad global, a la guerra sanitaria por el COVID-19 que también puso en jaque la matriz productiva mundial, se suma el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. Esto impacta principalmente en toda la economía mundial. La escasez de energía (petróleo, gas y combustibles) dan como resultado un aumento desmedido de los precios en todo el mundo, de los alimentos y de los insumos.

17/04/2022
en Editorial, General, Inicio, Noticias Propias

Son varios los males que vienen aquejando a la sociedad global, a la guerra sanitaria por el COVID-19 que también puso en jaque la matriz productiva mundial, se suma el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. Esto impacta principalmente en toda la economía mundial. La escasez de energía (petróleo, gas y combustibles) dan como resultado un aumento desmedido de los precios en todo el mundo, de los alimentos y de los insumos.

Según el último informe de la FAO, sobre el precio de los alimentos, la inflación se situó en marzo de 2022 en un promedio de 159,3 puntos, es decir, 17,9 puntos (un 12,6 %) más que en febrero, con un salto gigante que lo llevó a un nuevo nivel, el más elevado desde su creación en 1990. El último aumento obedece a los nuevos máximos históricos de los subíndices de los aceites vegetales, los cereales y la carne, mientras que también subieron notablemente los del azúcar y los productos lácteos.

Los altos costos de producción aquejan las cadenas globales de valor, de manera tal que ya no es un problema de un país o una región, la globalización integró perjuicios más que beneficios, lo que provoca que aquello que parece “lejano” se convierta en un problema cotidiano.

 

En Europa la presidente del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, alerta que “a medida que la guerra se prolonga, mayor será el costo económico, y más elevada la posibilidad de escenarios negativos”. Es que resulta imposible de no observar que el precio récord del petróleo y el gas ya implica una pérdida de más de 150.000 millones de euros el último año. Los precios de la energía se han incrementado más de 55% desde comienzos de año (52% el gas; 64% el barril de petróleo), en tanto la inflación alimentaria es la más elevada desde que se llevan registros, debido a que Rusia y Ucrania responden por más de 30% de las exportaciones mundiales de trigo, y la Federación Rusa y Bielorrusia producen más de 40% del potasio global.

Mientras tanto en Argentina, la preocupación de los productores agropecuarios no deja de crecer, algo para nada inesperado. CONINAGRO, emitió un informe en el que muestra que el aumento del precio en medio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania es un problema para nuestro país. Con un punto a prestarle atención: la brecha que existe entre el valor del barril para comercializar a nivel local –en torno a los USD 50 / USD 60- y el valor internacional (llegó a superar los 100 dólares).

Según el INDEC, en los primeros dos meses del año, las importaciones de combustibles y lubricantes crecieron 187,3% y alcanzaron los 824 millones de dólares, motorizadas principalmente de gasoil y naftas premium. Aunque los petroleros argentinos están obligados a abastecer primero la demanda local para poder luego exportar el excedente, los precios un 30% o más, por debajo de los valores internacionales desalientan la producción, tanto como la desalientan las contradicciones que muestran los funcionarios del gobierno nacional.

El alza de precios en dólares, la disminución de la oferta global, la incertidumbre de precios internacional y geopolítica de la guerra, se suman a las declaraciones contrapuestas de entre la cartera de Economía y la de Agricultura. El ministro de Economía, Martín Guzmán, habló de “Renta Inesperada” la cual pareciera que quiere “redistribuir”, tendrá que entender que primero deber ser positivamente inesperada. Estará asesorado por los mismos couch que durante el gobierno de Juntos por el Cambio creaban frases como  «Se desataron todas las tormentas juntas” o es un “impuesto malo”, mientras le pedía un último esfuerzo a los productores, esfuerzo que nunca terminó. ¿Cuál será el proyecto en el que está trabajando para enviar al Congreso proponiendo “redistribuir la renta inesperada”?

Por su parte desde Agricultura el ministro Julián Domínguez dijo: “Pregúntenle al ministro de Economía, no es un tema mío”. Mientras que el secretario de Agricultura de la Nación, Matías Lestani, dijo no ver “que haya una renta inesperada”, incluso argumenta que “la relación insumo-producto está peor que la campaña anterior”.

Julián Domínguez, que conoce un poco más el campo argentino que el joven posdoctorado en Columbia, por lo que fue muy claro al decir que “el productor no captó los precios internacionales de la guerra”, sino más bien se le complicó la ecuación al tener “que pagar los fertilizantes más caros”. Es que productos claves para producir como la urea granulada aumentó más del 85% y el fosfato monoamónico cerca del 58%.

 

Es tiempo de reconversión, decíamos que la pandemia trastoco la matriz productiva global, es una realidad, nos guste o no, la economía digital, vino para quedarse, la energía es lo fundamental, y en esto tanto nuestra región como nuestro país, tienen un inmenso desafío de cara a las grandes adversidades que atraviesa la humanidad. La oportunidad está en realizar los cambios estructurales que estos tiempos demandan.

 

Entre estos contrapuntos, en medio de un mundo en crisis que parace venir para largo, hay un eslabón que resulta rehén de otros. Mientras las agroexportadoras se benefician de los precios internacionales, también lo hacen las empresas de insumos. Es decir que en el medio los productores son los ponen todo, los insumos, los impuestos y los riesgos. Si no vemos lo esencial, las subjetividades serán cada día más inmanejables, y aquí de lo que se trata es de accionar.

Lo curioso es que esta es una dinámica que por lo menos desde hace muchos años se mantiene constante. ¿Qué sería lo inesperado qué dice Guzmán? Quizás que de una vez por todas tengan que ajustar a los eslabones que se quedan con la renta que generan los que se levantan con el sol para laburar el campo.

  • Facebook
  • Twitter
  • Gmail
  • Imprimir
Tags: aceitesagriculturacadena de valorcadenas globales de valorChristine Lagardecombustiblesconflicto belicoConinagrogasguerraJulian DominguezMartín Guzmánmatiriz productivapetroleoprecios de los alimentosproducciónrusiaUcrania

Deja una respuesta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

OBSERVATORIO RURAL ARGENTINO

Quienes somos | Suscribíte | Contacto

No Result
View All Result
  • Inicio
  • Quienes Somos
  • Editorial
  • Economias Regionales
    • Horticultura
    • Vitivinicultura
    • Ganaderia
    • Porcinos
    • Lecheria
    • Granos y oleaginosas
    • Fruticultura
  • Informes
  • Estadísticas
  • Contacto