Como todos los 15 de Octubre desde hace ya 13 años conmemoramos el día internacional de la Mujer rural establecida en la Asamblea general de la ONU en 2007. Solo 13 años han transcurrido desde que se comenzó a poner luz y a visibilizar el trabajo infinito e incansable de las mujeres que trabajan la tierra.
Tan importante es el aporte de las mujeres en la vida rural que, para la FAO son clave en la producción de alimentos del mundo, ya que garantizan la mitad de la comida del planeta. Pero aun conociendo el aporte de las mujeres en la producción de alimentos y en la Agroindustria nacional, es importante en esta fecha mencionar que, no solo el esfuerzo es invisibilizado y ocultado, sino que tampoco es remunerado.
En Argentina, como en otros países el trabajo no remunerado no está medido. Por lo que la Dirección Nacional de Economía igualdad y Género realizó un informe denominado: “Los cuidados un sector estratégico”. En el que se dimensionó por primera vez el trabajo no remunerado, a partir de la tasa de participación en las actividades remuneradas y horas dedicadas al trabajo doméstico no remunerado.
En el mismo establece que: “El Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado (TDCNR) es el trabajo que permite que las personas se alimenten, vean sus necesidades de cuidados satisfechas, cuenten con un espacio en condiciones de habitabilidad, reproduzcan en general sus actividades cotidianas y puedan participar en el mercado laboral, estudiar o disfrutar del ocio, entre otras.” Además indica que “el aporte del TDCNR al PIB es de 15,9%”, y es el sector de mayor aporte en toda la economía, seguido por la industria (13,2%) y el comercio (13,0%). En total, se trataría de un aporte de $4.001.047 millones de pesos.
En Argentina la distribución del Trabajo Doméstico no Remunerados es completamente desigual ya que 9 de cada 10 mujeres realizan estas tareas, que significan en promedio 6,4 horas diarias. Es decir que las mujeres dedican 3 veces más de tiempo que los varones. El 88,9% de las mujeres participan de estas tareas y realizan más del 75% de las tareas domésticas no remuneradas.
Esta situación genera que, como consecuencia la inserción laboral de las mujeres sea mucho más precaria, con menores pagos, y dificultad de acceso a la salud.
Las mujeres dedican más horas al trabajo doméstico incluso cuando se compara una que trabaja (fuera del hogar y de manera paga) en una jornada completa con un varón que se encuentra desempleado (5,9 horas y 3,2 horas diarias respectivamente).
Es decir, las mujeres realizan más de las tres cuartas partes del TDCNR y, de este modo, dedican, el total de ellas en su conjunto, 96 millones de horas diarias de trabajo gratuitas a las tareas del hogar y los cuidados.
Queda más que claro el aporte de las mujeres en la economía nacional y global. La mujer rural además de realizar las tareas del cuidado de los hijos y del hogar, salen a sembrar, a cosechar a trabajar en las agroindustrias, salen a darle de comer al planeta.
Hace solo 13 años que la mujer rural es visibilizada y reconocida como tal, ahora es tiempo de que sea realmente remunerada.