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Encendamos el motor y salgamos del barro

04/07/2020
en Editorial, General, Inicio

A seis meses de comenzado su gobierno, la dupla Fernández-Fernández parece tener intenciones de avanzar fuertemente con su política sobre el sector agropecuario. La jugada sobre la intervención y el anuncio de mandar la Ley de Expropiación de Vicentín al congreso, marcan una acción decidida y firme de intervenir en el principal generador de divisas del país.

Lo cierto es que los directivos de la empresa tomaron créditos de forma fraudulenta, una suma millonaria y a los productores y cooperativas que entregaron sus granos no se les pagó un peso, por ende están siendo los mayores perjudicados. Es válido pensar en rescatar la empresa, pero debemos ser serios en nuestra opinión sobre la situación para que los productores recuperen la confianza y sigan apostando a la producción.

Coincidimos con el presidente de la Sociedad Rural de Córdoba en que es totalmente descabellado salir a manifestarse en defensa a estafadores.

Lo que se discute de verdad por momentos se aleja tanto de las necesidades que tenemos en el campo, que asusta ver que nadie emboca el tiro, y todo cae fuera del tacho. Ni la propiedad privada está en juego, ni la soberanía alimentaria la garantiza la expropiación de Vicentín.

Lo real es que hay una deuda de casi $100.000 millones, compuesta por una deuda comercial de $25.656.961.525,51. Hay 1.895 empresas que aún no cobraron sus granos entregados, entre acopios, cooperativas, corredores. Y una deuda financiera de $63.961.563.645,69: hay 37 bancos que no cobraron sus créditos; 586 proveedores de bienes y servicios que quedaron enganchados; 19 acreedores fiscales, 98 acreedores accionistas y préstamos impagos a tres de sus sociedades vinculadas.

A lo que se suma el escándalo de que el Banco Nación por orden del gobierno anterior le presto $18.000 millones, mientras miles de productores sufrían la fuerte presión impositiva, las altísimas tasas de interés, la caída del consumo interno, el aumento de los costos de producción, los caminos destruidos, inundaciones y sequías que no tuvieron respuesta del Estado, entre otros males.

Por si la cosa no fuese suficiente, la pandemia global parece que no encuentra funcionarios a la altura en muchos lugares del país, donde posiblemente, por desconocer el territorio, comodidad o simple incapacidad, no pueden resolver cuestiones tan simples como que un productor que vive en el límite entre dos provincia y tiene el campo en la provincia vecina, pueda transitar libremente a realizar las labores cotidianas. Ni hablar de las demoras que en algunos momentos de la pandemia sufrieron los transportistas en plenas cosechas. O los hechos de inseguridad, que aunque algunos medios hoy le dan prensa, desde hace mucho tiempo son un problema a resolver.

Desde hace tiempo venimos afirmando que necesitamos una política de Estado para el sector agropecuario seria y profunda. La crisis global ha dejado muchas actividades en la quiebra y otras posiblemente desaparezcan, sin embargo sector agroalimentario es uno de los pocos en pie y con la necesidad de abastecer no solo el consumo interno sino también el consumo global de alimentos. Sabíamos que estábamos en frente a una revolución en la forma de producir alimentos cuando  hablábamos de la 5G, la big data, el blockchain, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, en definitiva de la irrupción del conocimiento y la tecnología que une lo real con lo virtual y lo biológico. Claro que la crisis coronaviral acelero y disipó las dudas.

Si la dupla Fernández-Fernández volvió mejor deberá demostrarlo. Podría comenzar por sentarse a dialogar con los productores y a mostrarle cual es el plan de gobierno en materia agropecuaria, seguir por ordenar a los soldados que dicen defender la Patria y ponerlos a trabajar codo a codo con los productores, cosa que algunos hacen y otros no.

Vemos con buenos ojos la participación de YPF agro, y a eso podemos agregarle que la salida superadora, es con los productores  y las cooperativas dentro del directorio, por conocimiento histórico de la cadena granaría argentina, y con perspectivas de poner de pie a Vicentin de forma responsable, donde sea la oportunidad de poner en marcha un plan agropecuario federal con agroindustrialización, digitalización e informatización. Un plan que haga que el motor de la Argentina por fin funcione y nos saque del barro.

 

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Tags: 5GagrobiotecnologíaAlberto Fernándezbanco naciónCristina Fernández de KirchnervecentinYPF agro

Comments 1

  1. Nicolás Schnugger Piaf says:
    3 años ago

    Muy buena la nota

    Responder

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