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El Oro Negro en Rojo ¿Cómo afecta al Oro verde?

25/04/2020
en Editorial, Granos y Oleoginosas, Inicio, Noticias Propias

La pandemia del Covid-19 ha puesto a los sistemas agroalimentarios en un rol estratégico. Debido a que el Aislamiento Social, preventivo y obligatorio ha aumentado la demanda de alimentos, así como ha entorpecido el normal funcionamiento hacia el interior de las cadenas agroalimentarias. Para peor, el cierre en el terreno de lo negativo del precio internacional de petróleo del día martes 21 de Abril (US$-13), como mínimo preocupa. En una economía globalizada, todo tiene que ver con todo, pero en lo particular, el sector energético se encuentra ligado profundamente a cadenas claves del sector agroindustrial, condicionando el precio de los alimentos, las materias primas y los insumos.

Ya desde la década de los ´90, en que se comenzó a realizar el corte de los combustibles con etanol, producido por la fermentación y destilación del maíz, se dio impulso a la construcción de destilerías. A nivel mundial, se ha alcanzado a producir 400 millones de Tn de maíz, de las cuales la producción de etanol consumió 140 millones de Tn el año pasado, ligando siempre el precio internacional del grano al del petróleo. En Argentina hoy contamos con una fuerte industria de etanol y biodiesel, que además ha beneficiado a otras producciones pecuarias por la incorporación a la alimentación de la burlanda, un subproducto económico y con muy buenas cualidades nutricionales. El vínculo es estrecho y las caídas de los precios en el sector energía afecta intrínsecamente al complejo agroindustrial y al resto de las producciones vinculadas.

También conectado con el precio del oro negro, se encuentra el valor de los fertilizantes. El consultor Horacio Busanello evaluó que «estos valores del petróleo son producto de la coyuntura del exceso de oferta y falta de lugar para stock y transporte. Esto va a apurar el cierre o bancarrota de varias petroleras hasta que se nivelen la oferta y la demanda, pero no veo una baja abrupta de precios de fertilizantes, sino una baja a medida que se bajen los stocks y se produzca con materia prima más barata, hay una demanda muy fuerte en Estados Unidos -en campaña de siembra con 6 millones de hectáreas más que el ciclo pasado entre maíz y soja- y no hubo tanta producción china en el mercado». A la fuerte reactivación de la demanda se suman los cuellos de botella logísticos generados por la pandemia, aumentando aún más la presión sobre los precios.

Si al costo de los alimentos nos referimos, por un lado, el impacto de los fertilizantes representa para soja en zona núcleo el 16%, mientras que en maíz el 31%. Por otra parte, la logística y la distribución tienen una participación no despreciable. Martín Borbea Antelo, secretario general de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) comentaba que «en la mayoría de los países del mundo, frente a este escenario los precios del combustible bajan, pero en la Argentina siguen subiendo». Es que hay una profunda crisis que tiene al 70% del transporte de cargas paralizado, con la cadena de pagos cortada y con los sueldos de abril en riesgo de no poder pagarse. En el transporte de media y larga distancia, el costo del combustible «en la actualidad alcanza cerca del 40% de los costos totales». Los precios del gasoil en el mercado argentino se encuentran en torno a un 30% más caros que en el resto del mundo.

Si en este contexto, no solo la vaca está muerta, sino enterrada y como ya veníamos avizorando, la Argentina para salir de esta recesión debía apostar en dos sectores estratégicos: vaca muerta (y su industria petroquímica intensiva) y el sector agroalimentario, sin hablar por ahora del Litio y qué destino se le va a dar a esta explotación. El Estado Nacional debería impulsar fuertemente al Sector productor de alimentos. Entre las políticas que debería desplegar tiene una centralidad el acceso a los alimentos, la recuperación de la industria de los biocombustibles e incluso evaluar todas aquellas acciones que faciliten la logística y distribución, para alcanzar los destinos necesarios, llegar a la mesa de los argentinos, al menor costo posible. El precio de los combustibles debería ser materia de estudio de la nueva administración, evaluando la posibilidad de en este contexto subsidiar los combustibles al Sector Agroalimentario.

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Tags: biocombustiblesgranosmaizpetroleosoja

Comments 1

  1. Nicolás Schnugger Piaf says:
    3 años ago

    Excelente artículo. La verdad me quedo impactado de la capacidad y la visión que tienen.
    En estos tiempos de cuarentena la lectura es imprescindible, gracias por ser parte

    Responder

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