La relación del campo con el próximo gobierno pende de un delgado hilo, el cual Alberto Fernández deberá prestarle mucha atención y en lo posible tratar de engrosar rápidamente con acciones y medidas que favorezcan al sector.
Con seguridad el agregado de valor que la producción de proteínas animal comprende, puede ser una parte fundamental del proceso de fortalecer la relación Campo-Fernández. La expectativa en una creciente demanda mundial, ante la crisis de la Peste Porcina en China, brinda una oportunidad histórica para nuestro país.
Actualmente el principal mercado para la carne de cerdo argentina es Rusia, con el 80% del total, sin embargo la caída de más del 45% del stock de cerdos en China (350 millones de cabezas menos) desde la aparición del brote de fiebre porcina en agosto de 2018, con seguridad reconvertirá el comercio exterior de la porcinicultura nacional. Lo que se agrava por la sequía australiana, el principal exportador de carne al mercado chino, donde ya se ha reducido en más de un 30% el stock ganadero.
Teniendo en cuenta que la oferta global de carnes (porcina, avícola y vacuna) se reducirá un 6,4 millones de Tn en 2020, según pronostica USDA, pero la demanda global se incrementará alrededor de un 30%. Los 15/17 millones de toneladas que debe importar China, no podrían ser cubiertas por la oferta mundial.
Ante este escenario mundial el actual gobierno deja como herencia, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, un camino con casi 17.700 Tn de exportaciones de carne porcina, un 21% más que el año anterior, medido periodo enero/septiembre. La faena de ganado porcino subió 1,6% interanual, 5.094.118 animales, y la producción de toneladas de res con hueso también se elevó 3% de un año al otro, alcanzando los 473.198 toneladas.
Ahora lo importante a pensar es en como integramos los eslabones productivos, porque ante esta demanda global de proteína animal en aumento, encontramos la posibilidad de transformar el maíz y la soja en carne. Convirtiéndose en un generador de puestos de trabajo y mayor cantidad de divisas, desde el agregado de valor a la producción primaria.
La campaña 2019/20 proyecta alrededor de 47 millones de Tn de maíz, un 7,8% menos de los 51 millones de toneladas de la campaña anterior, aun así esperamos una gran cosecha. Nuestro país multiplico por 7 la producción de maíz en los últimos 50 años, mientras que globalmente solo se cuadruplicó. Sin embargo, exportamos alrededor del 60% de la producción de maíz en forma de grano, mientras Brasil solo el 30% y EEUU apenas el 17%.
¿Podrá ser la integración y el agregado de valor a la producción primaria, lo que engrose el delgado hilo del que pende la relación del electo presidente argentino con el campo? La respuesta dependerá de la capacidad del próximo Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, para articular los productores, los industriales, los organismos y las instituciones. Integrar quienes producen agroalimentos con quienes producen conocimiento. Hacer una red que entrelace lo virtual, lo real y lo biológico, y que desarrolle un modelo agroalimentario altamente intensivo en tecnología y sumamente competitivo. Claro que también será fundamental en su rol de convencer a Alberto Fernández en mejorar las condiciones de crédito, presión impositiva, entre otras.
Algunos dicen que el nombre con esas capacidades, es como el del ángel que le dio la buena nueva a María… ¿vendrá con buenas nuevas para el campo?