Empieza la campaña agrícola con el clima político y de mercado incierto, tanto a nivel local como a nivel global. Casi con seguridad, otra vez sembramos con un gobierno y cosecharemos con otro, como fue en la campaña 2015/16.
El trigo para la campaña 2019/20 se terminó de implantar en las últimas semanas, alcanzando 6.87 Millones de Ha, una superficie superior al año pasado 6% y 93% a la del 2012/2013, encaminándose rumbo al objetivo productivo de 21,5 M Tn. Según la BCR, el 95% del trigo, está bueno a muy bueno.
Para el maíz temprano ya están los insumos comprados, listo para empezar al siembra en los próximos 15 dias. Para el tardío la incertidumbre domina el escenario. Previo a las PASO las intenciones de expansión de superficie maicera se estimaba entre un 7% a un 10% respecto a la campaña anterior, más o menos 7,4 Millones de Ha. Calculando unas 6,3 Millones de Ha de grano comercial, podría alzarse un volumen de 51 Millones de Tn de maíz.
Sin embargo, posterior a las PASO, el clima político se tornó rotundamente incierto. Con Alberto Fernández en casi 50 puntos, el cambio de gobierno nacional es prácticamente un hecho consumado. Por lo cual es preocupante qué políticas serán promovidas y ejecutadas desde diciembre. El tener un traspaso de mandato presidencial en medio de la campaña agrícola, para nuestro país es algo que por lo menos resulta discutible, sobre todo teniendo en cuenta que la mitad de las divisas se generan desde el agro.
Pero no fue solo el clima político nacional el culpable de la incertidumbre, el clima global, en medio la guerra comercial de EEUU y China, tiene mucho protagonismo. La baja abrupta del precio global del maíz posterior a la estimaciones de USDA, coincidieron en tiempo con el resultado electoral argentino.
Estos dos eventos han hecho que algunos especialistas tenga una expectativa de siembra que supera solo en un 3.3% a la campaña pasada, y se muestre preocupado por las disminución de la aplicación de insumos tecnológicos, principalmente fertilización.
De ambos eventos, el segundo tiene una base estructural, que ha llevado a Estados Unidos, principal productor mundial de cereales y oleaginosas, a implementar subsidios a los productores por u$s13.000 millones, en una clara política de protección por parte de Donald Trump. Debido a que la guerra con China ha provocado una caída del 30% de las exportaciones y una pérdida de ingresos de los farmmers del 40%.
En condiciones como éstas, las posibilidades de generar certidumbre frente a una campaña en marcha se encuentra solamente en el conocimiento y la tecnología. Las posibilidades de lograr buenos rindes y mantener la tendencia de cosechas record, están depositadas en que los productores no reduzcan inversión en los procesos que determinan los rindes finales.
En perspectiva futura, independientemente de las fluctuaciones políticas nacionales, la demanda del mercado asiático es un fuerte incentivo. Esta realidad es también un factor importante a tener en cuenta para que, a pesar de la incertidumbre coyuntural, podamos mirar más allá de la polvareda.
Los precios internacionales de los commodities están cayendo y la argentina está rumbo a un cambio de gobierno. Gestionar la incertidumbre será clave para el sector agropecuario y la economía nacional en general.