El viernes 19 de julio, la Bolsa de Comercio de Rosario difundió un interesante trabajo titulado: “¿Qué pasaría si Argentina exportase solamente poroto de soja sin procesar?” En el que analiza el impacto de la industrialización en el complejo sojero.
El Complejo Sojero Argentino es combinación insuperable de producción primaria, recursos naturales, paquete tecnológico, agregado de valor, capacidad organizativa, vías terrestre y fluvial, y distancia a puertos oceánicos. Lo que da como resultado ser el más competitivo a nivel mundial, por encima de Estados Unidos, en bienes industriales basados en la soja (aceites, harina de soja, biodiésel).
En la simulación del caso N°1, que muestra el informe de la BCR, “si Argentina no tuviera industria aceitera, se registraría una pérdida de valor agregado cercana a los 5.000 millones de dólares con una baja en los precios internacionales del 20%”. Mostrando la importancia del eslabón agroindustrial. Considerando que “la producción y exportación argentina de 50 Mt de poroto de soja generaría un valor bruto de producción de 13.520 millones de U$S. En cambio, con la industria aceitera actualmente se generan cerca de 18.433 millones de dólares”.
Entre otros problemas que supera la industrialización de la soja, el análisis menciona: menor calidad de soja argentina por los menores niveles de proteína, respecto de competidores, como por ejemplo Paraguay; descuentos en el precio FAS por granos de mala calidad, “especialmente ante eventos climáticos extremos (granos manchados, quebrados, brotados, verdes, etc.)”; demanda continua de poroto de soja por parte de la industria todo el año; “ingreso de divisas a lo largo del año, aspecto que afectaría al mercado cambiario y al valor del dólar”; motorización económica sobre actividades como el transporte, servicios, energía, construcción, metal mecánica, entre otras; “sin industria, Argentina estaría más expuesta a los vaivenes del mercado internacional”; y el potencial para el desarrollo de actividades agropecuarias productoras de proteína animal como avícola, porcina, láctea, etc.
Sin lugar a dudas, el aporte que la industria realiza al Complejo Sojero Argentino, presenta muchos beneficios a nivel conjunto del país. Muchas veces no dimensionadas por el resto de la economía nacional. ¿Es posible diseñar un Plan Agroindustrial Argentino que incluya las diversas actividades de todas las Economías Regionales? ¿O solo debemos enfocarnos en la ‘Argentina Central’?
De cara al futuro de la producción de agroalimentos, hay mucho por planificar y definir para todo el sector agropecuario nacional. El reciente acuerdo Mercosur-UE, que nos desafía al ingreso de un mercado exigente y competitivo; y el constante crecimiento del mercado asiático, donde la clase media china crece en demanda y exigencias, son sin lugar a dudas los 2 principales escenarios que debemos proyectar para los próximos 10 años.
Las demandas agroalimentarias internas, regionales e internacionales, en una población creciente y en un escenario de recursos naturales casi al punto del colapso según Naciones Unidas (ver informe Perspectiva Ambiental Global), exigen que los actores vinculados al sector agropecuario tomemos con seriedad y compromiso el futuro.
El complejo sojero es un ejemplo posible de replicar en diferentes actividades agroproductivas, quizás no con la misma competitividad global. Pensar una política de industrialización del agro de nuevo tipo, en la cual la aplicación de herramientas de alta intensidad en conocimiento (IA, Internet de la cosas, Big Data, Apps, nanotecnología, robótica, etc), en post de lograr una producción sustentable y equilibrada con los recursos naturales, es el desafío.
Excelente el trabajo que hacen!
La verdad los felicito. Leo seguido sus notas y la página. En general uso el Twitter pero les voy a dejar mi correo para que me llegue la info al email también.
Saludos y felicitaciones nuevamente.