Luego de transitar uno de los años más complicados para el sector porcino, la leve recuperación del precio del capón promedio, los pronósticos de cosecha récord para el maíz y la soja, y el complejo escenario que vive China, el principal productor y consumidor de cerdos del mundo, prometen una recuperación del negocio porcino.
Los productores porcinos sufrieron un 2018 en donde se trabajó los primeros 10 meses a pérdida, sumado al aumento del 15% interanual de las importaciones y la depresión del consumo, entre otros, lo que empujó a muchos a la quiebra. Sin embargo, el primer semestre del 2019 viene marcando un cambio de tendencia. Si partimos desde el precio del capón en pie, el aumento interanual al mes de mayo fue de 56,8%. Resta aclarar que el aumento interanual del maíz fue de 52,55%, el de la soja de 27,52%, por lo contrario para el caso del dólar fue de 104,5%. Esta leve mejoría del precio en pie, sumado a la perspectiva ya confirmada de una muy buena cosecha de maíz, de más de 45 millones de Tn. y de soja estimada en 55 millones. La gran disponibilidad de granos que habrá en el mercado seguramente mantendrá a los costos más atados y no permitirá que despeguen tanto.
Un capítulo aparte merece la situación del gigante asiático, quién sufre el flagelo de la Peste Porcina Africana (PPA). Los comentarios que están apareciendo sobre la PPA son alarmantes. En su último informe, el Rabobank expresó que: “estimamos que la peste reducirá en un 30% la producción de carne de cerdo en China, que con 52 millones de Tn representa la mitad de la producción mundial”. En realidad lo que está ocurriendo es aún difícil de magnificar. Todo indica que no sólo está afectando a China, sino que ya se extendió a otras partes del Sudeste de Asia, como Vietnam, Camboya, etc. Esta oportunidad llevó a que comenzaran las negociaciones para la apertura del mercado de carne de cerdo argentino en China y la habilitación para exportar desde 22 plantas frigoríficas. “Queremos aumentar nuestro rol de proveedor confiable de alimentos”, expresó Etchevehere, quien manifestó días atrás que durante la gira continuaría las gestiones “para ver si podemos lograr el protocolo sanitario para que China nos compre carne de cerdo”.
Por su parte, las organizaciones que forman parte de MAIZAR celebraron la buena noticia. “Esa demanda será de enorme importancia debido a que China es el primer consumidor de cerdo del mundo, independientemente de que en el corto plazo crecerá todavía más, ya que el país asiático -que es el mayor productor de cerdos del mundo- está atravesando la mayor crisis que se conozca en el sector debido a la peste porcina africana”, aseguran desde la entidad. ¿A qué se debe la importancia para los integrantes del MAIZAR? Es que la producción porcina forma parte de la cadena de valor del maíz. Pero ¿exportar más carne de cerdo no es perjudicial para los exportadores de granos? “Al contrario”, dice Gustavo Idígoras. Para CIARA-CEC es negocio que se transforme más maíz en carne en la Argentina: por un lado, porque la menor disponibilidad hace que suban los precios del maíz que exportamos, y por otro, porque podría invitar al sector a hacer nuevas inversiones en carne.
Todo parece indicar un desenlace auspicioso para la cadena porcina, aunque el mismo sea resultado aleatorio de un inesperado brote epidémico en la otra punta del planeta. Ésta situación desnuda la fragilidad y el azar al que se está expuesto cuando no hay un estado regulador.