Como cada mes, el Instituto Nacional de Vitivinicultura publicó el anticipo de comercialización correspondiente al mes de Marzo, esta vez con buenas noticias tanto para los fraccionados como para el vino a granel.
En lo que respecta al vino fraccionado, se puede observar que entre Marzo de 2018 y Marzo de 2019 las exportaciones aumentaron, mostrando una recuperación del 1,5%. A demás, en los primeros tres meses de este año, el incremento acumulado es del 4,6%, lo que se convierte en una excelente noticia si recordamos que el saldo de exportaciones correspondientes a 2018 (Enero-Diciembre) era negativo, habiéndose reducido un 2,7% respecto a todo el 2017.
Por otro lado el vino a granel, viene mostrando un abrumador crecimiento, ya entre enero y Diciembre de 2018 el incremento de las ventas fue del 184,1%, y entre Enero y Marzo de 2019 el aumento es del 252,6%.
Los números reflejan que en materia de ventas al exterior el vino a granel, hace ya un tiempo, viene tomando especial relevancia, con mayor participación en los volúmenes de ventas. Lo que aún no queda claro es si este “reemplazo” se traduce en ingresos reales de divisas para los productores y si las ventas al exterior de este producto son realmente competitivas en el mundo.
Para responder a estos interrogantes acudimos al informe elaborado por el Observatorio de Economías regionales de Acovi donde se muestran las desventajas que hoy percibe el vino argentino a granel frente a sus competidores internacionales.
El análisis muestra que existe una brecha entre Argentina y sus competidores debido principalmente a la estructura de costos internos que hace que nuestros precios no puedan competir con los internacionales. En el informe se refleja el ejemplo de exportación de vinos a granel a Sudáfrica, comparando Argentina vs España.
El precio de fábrica Argentina del vino tinto común en Argentina es de U$S 0,36 (13,81$/Lt) mientras que el español es de u$s 0,43 en bodega, es decir que nuestro valor es más bajo que el ofrecido por el competidor España. Pero hay una diferencia de 21% en el precio terminado en destino (Sudáfrica) que perjudica al vino argentino. Es decir que nuestro precio en destino es 21% más caro que la competencia. Esto se debe a que el costo de logística total (interno más internacional y seguro) encarece el valor en fábrica un 50%. Mientras que el flete del competidor es casi un 30% menor que el de nuestro producto. Otra diferencia radica en el arancel que tiene el vino para ingresar a Sudáfrica mientras que los vinos de España no lo tienen.
Dicho informe analiza, además, que con reintegros a las exportaciones del 8% que viene reclamando el sector (actualmente son del 3%), partiríamos de un valor FOB de u$s 0,34 por litro, lo cual nos posicionaría más competitivamente que España. Sumado a esto, y considerando que del costo total de elaboración de vino básico para exportación, el 23% corresponde a estructura impositiva, si el productor quedara exento de esta carga tributaria, el costo mejoraría en ese mismo porcentaje y podría ofrecer su producto a un precio más competitivo y mejorar el volumen de ventas.
Como venimos advirtiendo, el productor y demás integrantes de la cadena siguen apostando a que las economías regionales crezcan, pero, como lo muestra el ejemplo hay factores que no están al alcance de su mano. Resta esperar que desde el Estado se tomen las medidas necesarias que ese esfuerzo se traduzca finalmente en ganancias para el sector.