Los recientes cambios en el gabinete del gobierno nacional vienen también con un cambio en el discurso. Las expectativas de bonanza en un segundo semestre, que nunca llegó, que acompañaron el 2016, o la revolución de la alegría y los escenarios repletos de globos de colores, parecen no ser parte de la escenografía de los funcionarios a cargo del ejecutivo.
Nicolás Dujovne fue contundente al advertir que se aproximan 2 ó 3 meses difíciles, y coincidiendo con el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, plantean que se debe a la crisis cambiaria. Mientras que el nuevo Ministro de Producción, Dante Sica, pronostica un segundo semestre de 2018 “mucho más difícil” aún.
Que el discurso oficial en materia económica se acerque a la realidad es un buen comienzo, aunque transitando el final del 5° semestre de gestión parece medio tardío.
Desde hace tiempo, planteamos que no proteger a los productores y a las PyMEs agropecuarias, era un desacierto político. Observamos y manifestamos cómo la política económica favoreció el sector financiero, resultando por momentos, más conveniente la inversión en LEBACs que la siembra de soja.
La editorial pasada comentamos que los costos productivos dolarizados complican el panorama económico de los productores, diluyendo rápidamente el beneficio del aumento del dólar para los productos exportables. Fue a partir de datos objetivos, a través del análisis del importante trabajo realizado por CREA, en el informe microeconómico N°58, que muestra cómo la participación de los costos en dólares son el 55% para el trigo, el 59% para la soja, el 61% para el maíz y el 72% para el girasol.
Desde el año pasado, CONINAGRO viene semasforizando gráficamente la situación de cada economía regional, con un predominio alarmantemente rojo. En junio de 2018, muestra que ahora 12 de las 19 actividades relevadas muestran signos de crisis.
En diálogo con Chacra TV, Pablo Vernengo, de CAME, comenta que “hoy para producir 1 kg de cerdo se necesitan más o menos entre $30 y $32, y al productor se le paga $24.50”, mostrando lo difícil que resulta para el sector productivo la crisis cambiaria.
Por su parte, Omar Príncipe, en diálogo radial con radio LT8 de Rosario, planteaba su preocupación de que el Presidente Macri se ha reunido con bancos y el sistema financiero y aún no se reúne con los productores, pero sobre todo preocupa el impacto de las tasas de interés en las PyMEs agropecuarias, resultando letal e inviables para el financiamiento o refinanciamiento de productores endeudados, y se agrava el panorama con el aumento de tarifas energéticas, combustibles e importaciones, especialmente a producciones como la porcina y los tambos.
Otro punto que los productores y demás actores del sector hemos puesto sobre el tapete en varias oportunidades, es la presión impositiva. El reciente informe de la fundación FADA, muestra una medición en la que la participación de los impuestos sobre la renta agrícola promedia el 55,8% ponderado para los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol (soja es del 66,4%, maíz 40,6%, trigo 39,8% y girasol 51,4%); es decir, que cada $100 de renta (ingresos menos costos) $55,80 se destinan al pago de impuestos de gobierno.
Sincerar el discurso es un buen cambio, que deberá acompañarse de acciones y políticas públicas, que muestren un Estado acompañando a los productores y PyMEs Agropecuarias, hoy necesitadas de herramientas y hechos contundentes.