En la conferencia llevada a cabo esta semana por los representantes del Observatorio de Economías regionales de Acovi, el presidente de Coninagro y directivo de Acovi declaró que “teniendo una buena cosecha de uva en 2018 es una lástima que no podamos alcanzar un buen precio para el productor”.
Es que el INV informa que la cosecha nacional se encuentra ya en los 24, 4 millones de quintales y, aunque todavía no es el número definitivo, supera en un 26 % los 19,3 millones de quintales obtenidos en la temporada anterior. Esta sería una excelente noticia para el sector, pero la situación se complica cuando se conocen los datos de los costos de producción: para el caso de la uva tinta el costo de producción (con un rendimiento promedio de 150 qq/Ha) es de 100 mil$/Ha mientras que los ingresos son de 81.300$/Ha, es decir que el déficit es de18, 700 $/Ha. Iannizzotto declaro también que mejorar esta situación requiere del incremento de la productividad 23%. Para el caso de la uva blanca con destino a vino común sin mención varietal los números obtenidos por el observatorio de economías regionales de ACOVI, indican una perdida 31.300$/Ha. ya que para este caso los costos ascienden a 102.000$/ha y los ingresos por su comercialización son de 70.700$/Ha. Para las uvas blancas se requiere un aumento de 44% en la productividad para lograr ser rentables, una meta casi imposible de alcanzar.
El gran aumento en los costos de producción está relacionados principalmente con los incrementos en los costos de cosecha y con los aumentos en las tarifas. Al analizar la distribución de los costos en la producción vitícola se observa que la cosecha es la que más peso tiene, abarca un25 % de los mismos. Como sabemos, la cosecha manual es el sistema tradicional utilizado en la vitivinicultura local, y es un procedimiento de mano de obra intensivo que predomina ampliamente sobre la mecánica.
Según un el informe realizado por el Observatorio de Economías Regionales de Acovi tanto en el caso de uva común (con rendimiento de 250 qq/ha) como en el caso de uva varietal con (rendimiento de 120 qq/ha.), el costo de cosecha se incrementó casi un 19% respecto al año 2017. Y respecto de 2016, el aumento fue de un 51% para casos de uva común con rendimiento mayor y un 45% para uvas varietales de menor rendimiento.
Si a esto le agregamos el aumento del 35% en los combustibles y del 174% en las tarifas eléctricas de los regantes (no alcanzados por la compensación) no hace falta profundizar demasiado para darnos cuenta que los números no cierran por ningún lado.
Las actividades de riego, laboreo de suelo y fertilizaciones en conjunto, representan el 19,1% de la estructura de costos totales del ciclo. Por consiguiente, los cambios que se produzcan ligados a esta actividad repercuten de forma importante en los costos anuales de producción.
Queda claro que los esfuerzos de los productores para mejorar el volumen y la calidad de lo cosechado no alcanza para que puedan ser rentables en su actividad. En este punto resta plantearnos cuáles son las posibles soluciones para el sector, el recambio varietal puede ser una, pero lleva tiempo e inversión, la cosecha mecánica puede ser otra alternativa que permita reducir los costos de producción, pero consideramos que es necesaria la intervención del estado con acciones concretas y efectivas que permitan al productor vitícola vivir dignamente de esta actividad que tan bien llevan a cabo.