Todavía no está claro si los chinos aplicarán finalmente el arancel del 25% a la soja importada desde Estados Unidos. Mientras tanto, las compras chinas de soja estadounidense se frenaron, ante el temor de los importadores y de la industria ante eventuales acciones por parte de Pekín.

El resultado, compradores de China que llevan el 60% de la soja comercializada en el mundo no han firmado ningún nuevo negocio con soja de los Estados Unidos en las dos últimas semanas. Así, los vientos de la demanda china comenzaron a soplar hacia Sudamérica, y más precisamente hacia Brasil.
El gigante de Sudamérica va a camino a lograr una de las mayores cosechas de su historia, con 115 millones de toneladas. Por los mejores precios y por la mayor demanda esperada por parte de China a partir del conflicto con Estados Unidos, y frente a un aumento de su consumo interno, ya se proyecta un área récord de 35,8 millones de hectáreas. Este cambio en el origen de importación de la soja que va a China tiene su lógica desde el punto de vista del timing y del momento del ingreso de la soja de Brasil.
La sequía que provocó pérdidas de 20 millones de toneladas de soja en la Argentina, junto con el conflicto comercial EE.UU.-China, han provocado un cambio sustancial en los flujos del trading mundial. Como hecho significativo, se confirma que la industria aceitera de la Argentina ha cerrado importaciones de soja estadounidense por un total de 500.000 toneladas. Ya venimos importando soja de Paraguay, en un volumen estimado de 3 millones de toneladas, y ya comenzaba a insinuarse el ingreso de soja de Brasil a través de la Hidrovía. La firmeza de la soja disponible local ya tiene fecha de extinción y será cuando la industria aceitera no tenga más soja disponible para procesar y deberá parar las plantas.
El autor es director de AgriPac Consultores
Fuente: La Nación