Hace un tiempo atrás, desde este mismo medio mencionábamos las complejidades de la comercialización que se venían llevando adelante entre la Argentina y EE.UU. para el caso del limón.
Quienes leen los diarios con cierta periodicidad, se darán cuenta de las idas y vueltas que surgían para el ingreso de limones de origen Argentino a EE.UU, cantidad, calidad, hasta el color fue un parámetro de restricción al ingreso por parte del país del Norte.
Algunos sostienen que ese requisito, y la tardía aprobación final de EE.UU., fueron para no irritar a los productores de California, los mismos que en 2001 consiguieron un fallo judicial que dejó al limón argentino fuera de ese mercado. Estados Unidos consume unas 630.000 toneladas de limón en fresco. Todo lo abastece California, salvo un 5% que proviene de la importación, entre otros mercados de Chile.
Según las cifras del Senasa, en limón fresco, la Argentina es el principal productor del mundo con un 80% de la producción en Tucumán, exportó en los primeros siete meses del año 2017, 208.913 toneladas, un 7% menos que en igual período de 2016. El grueso de la exportación fue a países de Europa.
Finalmente hoy el Presidente Mauricio Macri, junto al Gobernador Manzur y el Ministro de Agroindustria, Miguel Etchevehere, estarán en Tucumán despidiendo el primer contenedor de limones que viajará a EE.UU. Eso sí, para que eso suceda, casualmente se aprueba el ingreso de carne de cerdo desde EE.UU a la Argentina, sumado a la imposición de aranceles para las exportaciones de biodiesel, impactando negativamente sobre el agregado de valor, la tecnología y el trabajo que estas actividades generan para el interior de nuestro país. Pequeños detalles que no se deberían desestimar en el panorama económico general.
Según estimaciones del sector, en este año de reapertura del mercado se exportarían a Estados Unidos entre 12.000 y 14.000 toneladas, por un valor de aproximadamente US$30 millones. Se trata de un volumen menor si se tiene en cuenta que anualmente el país exporta unas 200.000 toneladas de limón fresco, el 75% al mercado europeo.
En este contexto, seguramente hoy tendremos lindas palabras que decoran el cambio, haciendo alarde de la exportación de los limones. El tema es lo que no se dice, y es lo que hay que analizar agudamente, porque pareciera que las negociaciones nunca son “favorables” para nuestra producción nacional.
Lo que vale preguntar es ¿cuáles son los costos de esta “apertura al mundo”?, porque las condiciones las pone el más grande, y eso nos salió muy caro históricamente.
Exportamos limones en bruto, a cambio importamos carne de cerdo, y nos imponen aranceles al biodiesel, que cada uno saque sus propias conclusiones.