El cambio de humor en Wall Street ante una potencial suba de tasas de interés está generando nerviosismo en la plaza local, donde el dólar trepó por encima de los 20 pesos y los bonos argentinos cayeron entre 5 y 10%. La incertidumbre del mercado accionario norteamericano impactó de lleno en la estrategia del gobierno de tomar cantidades récords de deuda para financiar el déficit fiscal.

La inyección de trillones de dólares por parte de los bancos centrales de las principales economías del planeta creó un tsunami de liquidez que permitió recuperar la economía global y salir de la crisis de las hipotecas de 2008, pero también hizo volar los valores de las acciones.
En tiempos de precrisis, en enero de 2007, el índice promedio industrial de Dow Jones se ubicaba en los 12.600 puntos, mientras que en el peor momento de la subprime, en marzo de 2009, llegó a tocar los 6500 puntos. De ahí en más se inició un recorrido alcista que llevó al índice a superar los 26.000 puntos en enero pasado para luego caer a los 24.600.
¿Estamos presenciando el inicio de una corrección técnica o la explosión de una burbuja accionaria?
Cuando analizamos de dónde vienen los dólares genuinos y no los prestados, podemos observar que el campo y la agroindustria sobresalen con un aporte de unos US$30.000 millones netos por año que no bastan para cubrir toda la demanda del mercado local.
Por otra parte, los pesos invertidos en el segundo semestre del año pasado a un tipo de cambio de 17 pasarán a cobrarse a los nuevos valores de los granos dándole un aire necesario a la rentabilidad del campo.
Todo esto ayuda, pero queda claro que si no se reduce el gasto público entonces dependemos del endeudamiento o de una emisión descontrolada para financiarlo. La volatilidad e incertidumbre en los mercados accionarios internacionales seguirán impactando la economía local. La pregunta del millón está en boca de todos: ¿corrección técnica para que todo siga igual o fin de una burbuja que fuerce al gobierno a un cambio de estrategia?
Fuente: La Nación