La expresión “es un cuento chino”, se define por la RAE como embuste, mentira disfrazada de artificios, pero vale aclarar que no se trata de un engaño simple o evidente, sino de una mentira disimulada e ingeniosa. Algunos adjudican su origen a los viajes de Marco Polo (1254-1324), el mercader veneciano que contó su experiencia en El libro de las Maravillas, que dictaba al escritor Rustichello da Pisa mientras compartían celda allá por el año 1298.
Otros, otorgan su origen a la emigración de chinos hacia Cuba, allá por 1847, cuando la sacarocracia española (Aristocracia Azucarera), debido a la presión internacional que le exigía abolir la esclavitud, para seguir teniendo mano de obra barata, los españoles se fueron a China y prometieron casa, ropa, trabajo y comida a los que los siguieran hasta la isla caribeña. Muchos chinos aceptaron las condiciones firmando un contrato que estaba en español. Finalmente todo se les descontaba de su sueldo, por lo que terminaban realmente endeudados antes de comenzar a trabajar. Del infortunio de estos trabajadores rurales esclavizados sale la expresión “cuentos chinos”.
Cada vez que una noticia de comercio internacional de la Argentina aparece en los portales de noticias agropecuarias, el olor a cuento chino se apodera de cualquier dispositivo Smart, notebook o Tablet. Es que desde los anuncios de los limones a EEUU, la apertura de carne a la UE, etc, etc, los productores vemos como las expectativas de ser el supermercado del mundo se desploma como un castillo de naipes armado en una siesta dominguera.
El 17 de enero, Ricardo Negri Tuiteaba la noticia de haber acordado el protocolo para los requisitos sanitarios que autorizan la exportación de carne bovina enfriada y congelada con hueso. Se espera que la medida sea validada por las autoridades de la nación asiática para hacerse efectiva, lo que se calcula sucederá durante el primer semestre de 2018.
Las características de las exportaciones de carne a China son cortes congelados baratos, principalmente de vacas, con destino de preparación de hot-pot, una especie de guisados, cuyo objetivo es originar proteínas cárnicas al menor precio posible, más allá de dónde provengan.
Los uruguayos, que pueden exportar cortes enfriados y congelados con y sin hueso, en 2017 enviaron a China solo una tonelada de carne enfriada, y 161.021 toneladas de cortes congelados de bajo valor.
Según la nota de valorsoja.com[1], el grueso del negocio de cortes enfriados de alto valor será manejado por operadores chinos, que usarán a Australia, Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente de por medio, como abastecedor de ganado en pie cuya carne será procesada en territorio chino. De esta manera abaratan costos laborales y asegurando la generación de puestos de trabajo en el propio territorio. Los medios agropecuarios australianos publicaban la noticia de la salida del primer embarque de novillos destinado a China desde un puerto (Townsville) del norte del país.
Mientras el gobierno festeja venderle carne a China $78 el kg aproximadamente, en ninguna carnicería de nuestro país, el kg de carne baja de los $100. ¿Será que el gobierno y los exportadores de carne prefieren venderla afuera antes que a los trabajadores de la patria argentina?
El cuento chino siempre fue de occidentales, está claro que los orientales avanzan sin prisa pero sin pausa, sin tiempo para cuentos y mucho menos para fantasías que persuadan a sus propios compatriotas.
Son Chinos no huevones, dirá algún cuyano avispado.
[1] https://www.valorsoja.com/2018/01/17/la-buena-noticia-que-no-es-china-habilitara-este-ano-el-ingreso-de-carne-bovina-enfriada-argentina/