Editorial Observatorio Rural Argentino
Las políticas de apertura al mundo del gobierno nacional tuvieron su capítulo esta semana con la visita del Vicepresidente de EEUU, Mike Pence. Quien luego de las reuniones con el presidente Mauricio Macri, el principal anuncio del miembro de La Casa Blanca fue el regreso de la carne porcina estadounidense al mercado argentino.
“Queremos que la Argentina sea el Supermercado del Mundo” es el gran anuncio que el gobierno nacional impulsa desde la campaña electoral que llevó a Mauricio Macri ser presidente electo en 2015. Posiblemente por este motivo Mike Pence festejó la apertura de la cuota de importación de cortes de cerdo, consideró el acuerdo una «gran victoria» para porcinocultores estadounidenses y remarcó que esto «prueba» que el presidente, Donald Trump, «está consiguiendo resultados reales para los granjeros y rancheros de EEUU».
Por su parte el titular de la Cámara de Comercio estadounidense, Myron Brilliant, durante su paso por Buenos Aires, aseguró: «Queremos vender más alimentos en la Argentina. Podemos vender contra-estación. Cuando no haya producción local se puede traer de Estados Unidos».
Mientras que el Ministro de Agroindustria argentino, Ricardo Buryaile, confirmó el anuncio diciendo que es una decisión tomada, la referida a importar carne de cerdo desde EE.UU., el objetivo es comercializar antes de fin de año, no solo carne de cerdo, sino importar duraznos, avanzar sobre la propiedad intelectual de las semillas, y en un futuro no muy lejano, importar carne vacuna.
La noticia no fue tan bien recibida por los actores del sector, quienes recuerdan que en 1992 Argentina había bloqueado las importaciones de carne de cerdo de EE.UU. citando «preocupación por la salud animal». Aunque los norteamericanos son los principales exportadores de carne de cerdo del mundo, tienen resistencia de muchos mercados debido a la enfermedad, denominada síndrome respiratorio y reproductivo porcino (PRRS), de la cual nuestro país es libre. «Corremos el riesgo de meter una enfermedad que no tenemos», criticó Dardo Chiesa, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) que se sumaron al reclamo de los productores.
Otro importante referente del sector porcino nacional, Juan Uccelli, presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos, afirmó: “La producción local viene aumentando entre un 7 u 8 por ciento anual. A su vez, se dejan de lado medidas sanitarias que se les exigen a otros países. Y corremos riesgos: porque Estados Unidos tiene la PRSS, que es una enfermedad respiratoria y reproductiva, que ahora no se va a controlar en los animales”. Remarcó que el país “cedió” con la importación de productos, “sin ofrecer nada”, y citó como ejemplo “los famosos limones”, que aún “no ingresa ni uno” a tierras estadounidenses, pese a las promesas. Sostuvo que la decisión no hará bajar el precio en góndola, sino que tenderá a subir y si producirá una baja en el precio que se le paga al productor, lo que llevará a que haya “cada vez menos productores”. Citó el caso de la bondiola. “Es un producto que afuera tiene un bajo valor internacional: en el mundo no tiene precio, pero acá sí vale. Y lo traemos de afuera, barato, para venderlo caro”.
También la Federación Agraria emitió un comunicado criticando duramente esta decisión política del Gobierno Nacional. «El ingreso de carne de cerdo de EEUU, tanto como de otros países, nos pone a los productores a competir en condiciones desfavorables, porque tanto Estados Unidos como la Unión Europea subsidian la producción, mientras que en la Argentina la presión tributaria es enorme. Nos preocupa que se afecte de esta manera a la actividad que agrega valor por excelencia con una medida que perjudicará a miles de pequeños y medianos chancheros (que representan al 90% del total de productores de cerdos), beneficiando sólo a tres o cuatro importadores y a cuatro o cinco supermercados que importan carne porcina a precio discrecional», plantea el comunicado de la FAA.
Es que los productores porcinos vienen sufriendo el crecimiento de las importaciones desde Brasil, que en el primer semestre subieron un 79,4% con respecto al primer semestre del 2016. La importación ya participa en el 11% de la oferta total. El grueso de las importaciones son fiambres que llegan desde Brasil. Así el jamón representa el 29% de lo que ingresa, la paleta 22% y la bondiola, otro 19,5%.
Mientras la producción porcina nacional se encamina a un nuevo récord, superando aun las 500.000 Tn alcanzadas en 2016. Entre Enero y Junio de este año se produjeron unas 330.720 Tn de carne porcina con un aumento del 7% con respecto al primer semestre del año pasado.
Si evaluamos estos datos, los dichos del ministro, referido a que NO AFECTARÍA A LA PRODUCCIÓN LOCAL, dan cuenta de que no se está visualizando el crecimiento de nuestra producción nacional, por ende no se observa voluntad de parte de esta cartera de incentivar a los productores nacionales a seguir apostando al desarrollo de la actividad.
El hecho es doblemente preocupante, no solo por el ingreso de cerdos que impactaría negativamente en nuestra economía local, sino que además EE.UU posee enfermedades en sus animales que afectarían duramente nuestra producción, y esto no es menor, debido al esfuerzo que se realiza para mantener el status sanitario en un establecimiento agropecuario, para el productor. Sumado a que claramente las reglas de comercialización son establecidas de acuerdo al interés económico de EE.UU.
Por ende desde el gobierno debieran considerar que una decisión de esta índole estaría afectando el futuro del sector.
Desde este medio observamos que esta inminente decisión de ingreso de carne porcina, pone nuevamente en tapete, la fragilidad en la que se encuentran nuestras economías regionales, si entendemos que los productos que se pretenden que ingresen desde otros países, son sostén económico de nuestra argentina profunda.