Parece que los días en los que transcurra la Exposición Rural, en Palermo, van a dar que hablar, nuevamente aparece el conflicto de la fruticultura del alto valle de Río Negro, la pera y la manzana, parecen ser dos frutas que no tientan a los mercados, según el Vicejefe de Gabinete Gustavo Lopetegui.
A la postura del Gobierno para con el Alto Valle, la más complicada de las economías regionales, se suma que el Fondagro, el fondo creado bajo la órbita del Ministerio de Agroindustria con parte de la baja menor de las retenciones a la soja que había prometido Mauricio Macri, no arrancó.
El titular de Agroindustria, Ricardo Buryaile, había apostado a ese fondo para mejorar la situación de las economías regionales, lo que el mismo considera “la principal asignatura pendiente” de su gestión. Pero el ministerio de Hacienda, que conduce Nicolás Dujovne, demora el ingreso de los fondos.
Esta demora no es la primera para el Fondagro. El decreto de su creación, publicado en febrero, señala que el Fondo iba a administrar 1.700 millones de pesos. Pero en junio un decreto con la firma de Dujovne y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, aprobaron un flujo financiero para 2017 de 1.300 millones, lo que implicó un recorte de 400 millones con respecto al plan inicial.
A estas declaraciones se deberían sumar variables que claramente el vicejefe de gabinete, Lopetegui no tiene en cuenta, o más bien debería preguntarse, ¿qué pasa con el mercado que no demanda?, una de esas variables tiene que ver con el nivel de consumo de la población, para no caer bajo la línea de la pobreza una familia tipo necesito $14.800. Quizá ante esta situación, una familia se incline a satisfacer otras necesidades y no precisamente tengan que ver con la compra de fruta.
Sumado a esto, el sector viene en arduos reclamos, pidiendo que se desarrollen políticas que tiendan a resolver los problemas productivos por los que atraviesa el sector, más bien, y la respuesta ante esto, es la decisión de aumentar las importaciones, durante el 2016, las compras desde el exterior comenzaron en mayo y siguieron con cierta estabilidad hasta fines de la temporada sumando 3 millones de kilos de manzanas ingresadas.
Los datos suministrados por el Senasa dan cuenta que, de las 533 toneladas de manzana ingresadas en esta primera parte del año, 488 toneladas llegan de Chile mientras que 23 ingresan desde Ecuador y 22 toneladas de Brasil.
Un productor de manzana cobra 2,50 pesos el kilo, pero al consumidor ese mismo producto le llega a $ 30 o $ 40 el kilo. Lo que cobra el productor no cubre sus costos, ya que, éstos llegaron a un promedio de $5,20 de un kg de fruta, cuando percibe en promedio 3 pesos por kg de fruta producida. (2,50 para el caso de la manzana y entre 3 y 3,50 pesos para el caso de la pera).
El estado de situación de la fruticultura del Valle de Río Negro, no pasa solo por la reconversión o no de sus plantas, el conflicto es más complejo, y requiere que antes de una declaración de este tipo se tenga en cuenta todas las variables que afectan a la producción, como por ejemplo la no regulación de los precios, el aumento de las importaciones, el menor consumo de la población, en síntesis el rol no regulador del Estado y la falta de decisiones políticas que realmente incentiven y mejoren la rentabilidad del sector.