Hace unos días dábamos cuenta de la importancia nutricional que tiene el consumo de verduras y frutas para la población. Por eso nos preocupa la situación que viene atravesando el sector Frutihortícola, en que los productores intentan dar a conocer, desde unos meses atrás, con frutazos y verdurazos en la plaza de mayo.
Los datos no son alentadores, y siguen cayendo en picada. No solo porque el productor no logra la ansiada competitividad para llevar sus productos a las góndolas, sino que además sufre una disminución agobiante del consumo y por si esto fuera poco, aumenta la importación de manzanas desde países vecinos.
Según datos del Senasa, de las 533 toneladas de manzana ingresadas en este primer semestre del año, 488 toneladas llegaron de Chile, mientras que 23 ingresaron desde Ecuador y 22 toneladas de Brasil.
El sector empresarial asegura que este año será muy complicado competir con la manzana de Chile teniendo en cuenta los precios con los que llega la fruta a nuestras góndolas. En comparación con los precios internacionales, los argentinos pagan en sus supermercados alrededor de 14 pesos más que un chileno por un kilo de manzana. En Chile la manzana se consigue entre los 20 y los 21 pesos, en tanto que en el mercado nacional cotiza a 34 pesos, igual monto que se paga en la India por las manzanas que se producen en Río Negro.
Estos números no son sólo estadísticas y prometen profundizar aún más la crisis que atraviesan las economías regionales y principalmente la fruticultura del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.
Como si lo de la situación de Rio Negro y Neuquén, fuera poco, se agrega la de Formosa, donde se regalaron 5000 kg de banana, a modo de protesta por la falta de regulación en el ingreso de esta fruta desde el exterior, en plena época de cosecha local. Además que se pide la declaración de emergencia, ya que las malas condiciones climáticas, han acelerado la maduración de la fruta, por lo que sitúa a los productores bananeros en una situación aún más difícil.
Estos datos dan cuenta de que el panorama es cada vez más complicado para los productores frutícolas, que no logran que el gobierno tome cartas en el asunto y establezca un plan serio que estimule a seguir apostando por estas actividades, que forman parte de las economías del interior del país. Evidentemente aun no basta con frutazos y verdurazos, habrá que seguir buscando la manera de que sea parte de la agenda de quienes tienen la tarea de garantizar que los productores se conviertan en los proveedores, primero, del consumo interno y luego sean el “supermercado” del mundo.