La producción interna ha estado aumentando en respuesta a la creciente demanda de los consumidores, aunque todavía no ha podido seguir el ritmo de este crecimiento del consumo interno. Entre 2005 y 2016, el crecimiento en el consumo de carne de cerdo fue del 4% anual, mientras que el crecimiento de la producción fue de sólo 2% anual según el USDA.
Como resultado, se han requerido mayores importaciones para compensar el déficit de producción. Y es que México es el cuarto mayor importador mundial de cerdo después de China, Japón e Italia. En 2016 el volumen total ascendió a 755.000 toneladas.
El comercio está dominado por los EE.UU., con una cuota de mercado de más del 85%. El único otro proveedor significativo es Canadá. Ambos países tienen acceso libre de aranceles bajo el TLCAN, a diferencia de otros proveedores donde el arancel de importación es del 20%. Debido a esto, la UE no es un proveedor importante.
Al mismo tiempo, México se ha establecido como un pequeño pero creciente exportador de carne de cerdo. Los envíos sólo ascendieron a 105.000 toneladas en 2016, sin embargo, su nueva condición de libre de peste porcina clásica abre la puerta a mayores oportunidades de exportación. Hasta ahora, su principal comercio es con Japón, que representa el 75-80% del total de volúmenes, seguido por Corea del Sur, cerca del 10%.
De cara al futuro, sin el TLCAN, o después de su renegociación, las importaciones de los Estados Unidos estarían amenazadas. Debido a esta amenaza México está buscando proveedores alternativos, como Brasil. Esto también podría abrir la puerta a la UE, una vez que se acuerde un TLC UE-México.
Fuente: AgroMeat