Prevé incorporar más empresas al diálogo que ya mantiene con Lactalis, Fonterra y Lala; dudas por el acuerdo con el gremio para no despedir.
Luego de la asamblea de socios que la semana pasada habilitó la incorporación de socios estratégicos, entre otras definiciones, SanCor comenzó a tomar decisiones en dos direcciones bien definidas. Por un lado, en los últimos días incrementó los contactos con grupos inversores que ya habían manifestado su interés por avanzar en la compra de activos. Algunos ejecutivos pasaron por el país y otros lo harán en las próximas semanas.
Por otra parte, la cooperativa tiene decidido aplicar un fuerte recorte en su planta de personal. Sobre una dotación de 4000 empleados, está contemplada una reducción superior a 500 puestos vía diferentes alternativas de desvinculación. Ambas decisiones dejaron trascender fuentes vinculadas con el proceso que vive la cooperativa.
La uruguaya Conaprole hizo trascender que le gustaría iniciar conversaciones, pero en SanCor consideran que no tendría las espaldas suficientes para una operación de esta naturaleza.
La empresa tiene cuatro plantas totalmente inactivas: Moldes y Brinkmann (Córdoba), Centeno (Santa Fe) y Charlone (Buenos Aires). Esas plantas seguirán cerradas y sólo alguna de ellas podría reabrirse si la empresa consiguiera recuperar parte del volumen de leche perdido. Vale recordar que de un nivel de procesamiento diario por encima de los tres millones de litros la firma cayó a los 700.000 litros diarios. La firma necesita recuperar volúmenes de leche para ser atractiva ante los inversores. Pese a que para estas plantas también existía la posibilidad de venderlas por separado, en los últimos días habría primado el criterio de dejarlas cerradas y encarar una eventual venta en un desprendimiento general de activos de la empresa.
Mientras define el futuro del negocio, trascendió que la firma también tiene el visto bueno del Gobierno para encarar otra pata de su plan de reestructuración: la reducción del personal. Diversas fuentes indican que eso se hará y contemplará una poda no inferior a 500 personas. Esto contradice un entendimiento que había logrado la cooperativa con el gremio lechero Atilra. En abril pasado, los trabajadores de la firma aceptaron hasta septiembre próximo una reducción del 15% de los salarios, a devolver a los doce meses a salario actualizado. La prenda de negociación fue que no hubiera despidos.
Fuente: La Nación