Los ensayos de fertilización nitrogenada demuestran que se mejora tanto el rinde como el contenido de proteína del grano.
En las últimas campañas se observó un deterioro en la concentración de proteína, que llegó en la campaña 15/16 a generar serios problemas en la comercialización del trigo. El estándar de exportación de trigo argentino indica un contenido mínimo para trigo pan de 12% de proteína base seca (igual a 10,4 base húmeda). La campaña 16/17, aún con rendimientos mayores a los de la campaña anterior, revirtió levemente la tendencia, mostrando una mejora en el contenido de proteína.
Esto puede ser atribuido, entre otras cosas, a un mayor uso de fertilizante nitrogenado. La disminución del contenido de proteína surge de la combinación algunos factores. La difusión de variedades de trigo «blando» con un uso «tradicional» de fertilizantes a lo que se suma la degradación de los suelos. De esta forma, trigos de alto rendimiento y alta «demanda» de nitrógeno se desarrollaron en lotes con limitada disponibilidad de nitrógeno, componente básico de las proteínas.
Si se realizan comparaciones entre distintas campañas, el rendimiento y el contenido de proteína tienen una correlación negativa: las campañas de mayores rendimientos coinciden con bajas en el contenido de proteína. Esto se explica en parte, por un efecto de dilución del nitrógeno (base de las proteínas) y genera el falso concepto que a mayor rendimiento cae irremediablemente la calidad. Sin embargo, los ensayos de fertilización nitrogenada (en dosis adecuadas) demuestran que una mayor fertilización con nitrógeno aumenta tanto el rendimiento como el contenido de proteína del grano y que a su vez esto depende del genotipo cultivado.
Fuente: La Nación